La gingivitis y la periodontitis se conocen como las “enfermedades silenciosas”.
En las primeras fases puede que no te des cuenta, por eso es tan importante que hagas tus revisiones marcadas para poder diagnosticarla a tiempo y poder detener y frenar su progreso cuanto antes.
La gingivitis se manifiesta con inflamación de las encías y sangrado de las mismas. El mal aliento y la sensibilidad pueden ser también signos de alarma.
Más preocupante es cuando empezamos a notar dientes con movilidad, retracción de las encías o sensación de que los dientes se “alargan” o la aparición progresiva de espacio entre los dientes.
Los signos que debemos tener en cuenta y acudir lo antes posible a consulta para realización una revisión son:
- Sangrado: el sangrado es la primera señal que aparece y la más visible. Puede presentarse cuando te cepillas los dientes o al comer.
- Inflamación: la inflamación también aparece en la fase inicial. Provoca que las encías se agranden e invaden parte del diente, en mayor o menor medida.
- Enrojecimiento: es otro de los síntomas característicos de la gingivitis, las encías adquieren un color más intenso y brillante.
- Sensibilidad: en una primera fase de la enfermedad, las encías se vuelven más sensibles al tacto del cepillo de dientes, pero no duelen el resto del tiempo.
- Encías retraídas: la retracción ya es propia de la periodontitis avanzada. Hace que la encía se “aleje” del diente, dejando expuesta su raíz y aparezcan espacios.
- Mal olor/sabor: puede aparecer en cualquier fase de la enfermedad y también puede deberse a otras razones.